jueves, 24 de noviembre de 2011

Blanco y Negro.

Sus ideas se congelaron al pasar los años
y su alma calló el silencio
en el frío de su muerte.
Sólo sabía nada del presente
y todo del pasado,
siendo sus recuerdos
diablos danzantes en su hoguera,
pendientes del momento en que cediera
su cuerpo ya débil y senil.
Más el mañana no prometía
prosperidad a su esensia
ni la paz a su ya retorcido corazón,
que anehelaba el bombear
de la vida eterna.
Tan sólo esperaba que el cielo
le regalará un soplo de placer,
antes que la muerte
se encargará de su ruin fenecer.



Mi aflicción.


Una luz gris atravesó mi ventana
Mostrando mis peores miedos en escena,
En lo que mente y cuerpo
Se unían para perder el control.
Esta dulce ironía
Que forma parte de mi vida,
Se ha transformado
En la más grande aflicción
Que haya podido soportar.
Los agonizantes momentos
En que  mi mente
Juega sin parar,
Agotan mis pensamientos
Y mi rutina en general.
No sé cómo
Detener esta guerra
Entre la ilusión y la realidad
Ya que me encuentro
Al medio de ambos
Tratando de hallar la paz,
Mientras calmantes
Adormecen mi alma
Y la llevan
A un mejor lugar.

Como aves en invierno.


Un día de invierno desperté
Para ver ir las promesas  que tanto anhelé,
Que tanto sentí algún día,
Mientras mi alma
Se callaba
Y el reloj avanzaba hacia atrás,
Buscando tiempos mejores
Buscando la fe perdida.
No sé cómo pude ver
Irse mis sueños
Como aves en invierno,
No sé cómo pude
Dejar que se fueran
Y me dejarán sola
Y ahora…
¿En qué creeré?
¿Por qué viviré?,
Me congelo en mis dudas
Y me estanco en un mundo  paralelo,
Soy una sombra  de mi misma
Que se vuelve nada en el viento.
Si tan sólo
Un día de primavera tocara mi puerta,
Podría recuperar el aliento
Y formar nuevos sueños,
Ya que…
Construimos una eternidad de ilusiones
Al cambiar una estación.
Es por ello que me queda la esperanza
De que esto es sólo
Una parte agria de mi vida
Que se volverá dulce,
Cuando la primera  flor
Brote del suelo.


Sonriendo por primera vez.

Ella despertó...
Y vió al mundo con otros ojos
Con los ojos de la verdad,
Mientras una lágrima
Corría por su mejilla
Y su corazón se rompía
En pedazos.
¿Era la verdad tan dura?
¿Por qué la desilusión duele tanto?
¿Por qué nos hace creer
Que no existe la gente buena?
¿Por qué nos cierra la oportunidad de amar?
No lo sabía…
Tenía miedo
La oscuridad estaba más cerca de ella
Que nunca,
 Y el sufrimiento era seguro.
Pero ella quiso seguir a adelante
Ignorando las espinas
Al caminar,
Sabiendo que debía
Luchar contra el dolor,
Para así volver a sonreír.
Llegando a un punto
Donde el dolor era ajeno,
Se levanto del suelo
Y se vió al espejo,
Volviendo a creer en ella misma
Recuperando la felicidad
 Perdidad,
Dándole una sonrisa
A la vida
Que creía ya muerta.

Ya no estas aquí.

Veo tu sombra nuevamente
Merodeando las paredes de esta casa,
Es como si
Jamás se hubiese ido
Es como si
El tiempo la hubiese conservado
En el mejor de los edenes,
Manteniendo  con ella
Tu alma
En el más impecable estado.
 Oh! como desearía
Volver a ver tu sonrisa al ocaso,
Pero tu destello de paz
Me sega
Al verte,
Es como si
Ya no fueras de este mundo,
Eres tan intocable
Que creo no ser digna
De observarte,
Ya que tú ser
Se ha convertido
En algo más que un ángel,
Y ya no sé
Si mis deducciones
Lograron acertar a  la realidad
Ya que sólo puedo verte
Cuando estoy dormida,
Tú existes en mi mente
Y  en ningún otro lugar
Porque…
Ya no estás aquí,
Porque…
Estas a kilómetros de la tierra
Y a un segundo del cielo,
Y hoy recién lo comprendí.




Recuerdos a medianoche.

 
En el silencio de la noche
Me entrego a mis pensamientos
Siendo ellos y la Luna
Mis guías en la oscuridad.
No existiendo nadie más
Que yo misma,
Cubierta por un manto de estrellas
Que adornan mis sueños,
Me sumerjo en la eternidad de mis recuerdos.
Viendo como la imaginación
De mis palabras
Toma vida 
Y se vuelve parte
De mis memorias.

Grito del Cielo

Miro por mi ventana,
 A lo que parece ser
Un día de invierno,
Un día frío,
Que expresa muchas emociones
Que me dejan perpleja
Porque la perfección de sus palabras
Muestran la más bella sinfonía.
Su sonido,
Aunque parece amenazante
No es más que
Un grito que pide ayuda,
Que pide desesperadamente  amor.
Y yo una simple mortal
Era espectadora
De tal obra maestra
Que sólo Dios podía crear,
Era digna de oír
Tan  armoniosa melodía
Y de poder sentir
Sus emociones
Como mías,
Como si fuese yo
La protagonista de una historia,
De una historia
Que buscaba desesperadamente un fin
Un final
Que sólo llegaría
Cuando todos pudieran comprender
El mensaje que ese día lluvioso
El cielo quería darnos.